La hada de los relojes (saga "El mercader de hadas")
© Neris Jalka
Me despertó de mi sueño un timbrazo impresionantemente molesto. No había conseguido dormir adecuadamente y ahora precisamente, que había podido por fin adentrarme en un profundo sueño, me molestaban.
De inmediato lancé una mirada al reloj-despertador de la mesilla, sus manecillas marcaban las doce y media de la noche... Fruncí el ceño, ¿las once y media? ¡Imposible! Si había ya amanecido, si el sol con su luz se colaba por la habitación desde la ventana, con la persiana a medio bajar... ¡Si yo me había acostado cerca de la una de la madrugada!
Meneé el reloj y lo dejé de nuevo donde estaba, con rabia. ¡Se había parado! ¡No me lo podía creer!